Las etiquetas, con entrada en vigor noviembre de 2012, permitirán a los fabricantes de neumáticos clasificar sus productos en función de tres indicadores clave de rendimiento: ahorro de combustible, agarre en mojado y ruido exterior.
EFICIENCIA ENERGÉTICA – Indica cuánto ‘contribuye’ el neumático a reducir el consumo de carburante del coche.
Este apartado está dividido en seis categorías según el coeficiente de rodadura del neumático, que se calcula en función de los kilogramos de fuerzas necesarios para hacer girar un neumático sometido a una determinada carga. La clasificación es la reflejada en la tabla.
ADHERENCIA EN MOJADO – Indica cuánto agarra el neumático en mojado.
Esta categoría califica a los neumáticos en función de su agarre en mojado. Cuanto más cerca de la A esté la calificación, mayor será su agarre en este tipo de superficie. Está medido de acuerdo con el reglamento nº 117 de la Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas.
RUIDO DE RODADURA – Señala cómo de ruidoso es un neumático.
Este valor se emplea para definir cómo de ruidoso es un neumático en carretera. Se mide en decibelios y de acuerdo con el Reglamento nº 117 de la Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas. Para considerar que un neumático tiene un nivel de ruido bajo, su nivel debe ser inferior a los valores indicados en la tabla para cada categoría de neumáticos: C1=Turismos; C2=Comerciales ligeros; C3=Comerciales.